domingo, 19 de abril de 2009

MI PARTO

No voy a contar que mi parto ha sido el mejor momento de mi vida porque no es verdad, tampoco quiero asustar a nadie porque realmente a todo el mundo no le tiene porque ir igual, en los partos como en los embarazos cada uno es a una manera y distinto. Lo que si diré y es que no me lo puede negar nadie, es que doler duele. A unas nos dolerá mas y a otras menos, pero el dolor inexistente no existe, eso si, la recompensa es infinita, y después de todo, yo volvería a pasar por ello.
Escribo desde el Hospital, y días mas tarde publicaré esto, porque aunque no creo que se me olvide en la vida, prefiero compartirlo cuanto antes.
Todo empezó el sábado 11 de abril de semana santa, estuvimos toda la mañana de compras porque ese día íbamos hacer unos pequeños apaños en casa, lo típico que siempre falta, un enchufe aquí, un taladro allí.
Por la tarde ya metidos en faena, salí a comprar la merienda cuando de repente noté una sensación extraña, al llegar a casa me dí cuenta que era el tapón mucoso. Yo cargada de ilusión no lo pude compartir con mi marido porque en casa había mas gente y no quería alarmar a nadie. Un poco mas tarde, leyendo los blogs, Patricia me pregunto si ya estaba y pensé en comentar que estaba bien cuando de repente sentí como si algo bajara y se rompiera, no se una sensación rara. Cuando fui al wc enseguida me di cuenta que se había fisurado la bolsa, llamé a mi marido le hice venir a la habitación y le dije que no se alarmara y que intentara llevarlo lo mas tranquilo posible (había gente en casa y no quería que se enterara nadie), pero que poco a poco fuera recogiendo que creía que había roto aguas y mas tarde nos tendríamos que ir.
Fuimos recogiendo poco a poco, me duche, se ducho el, me puse guapa, hasta me maquillé!! Yo decía que tenía que parir guapa. Le dijimos a los familiares que nos llevaran al hospital pues me dolía el estomago desde el día de antes y prefería que me miraran, a todo esto nosotros nos fuimos con las maletas, y la canastilla, pero la verdad es que coló bastante bien. Siento haberles mentido pero yo sabia que el parto iba para rato y no quería asustar a nadie y sobretodo estar tranquila y sola.
A punto de llegar al hospital, en el coche, rompí aguas del todo, disimuladamente me puse una toalla debajo y seguí comiendo por que sabia que una vez me ingresaran no volvería hacerlo.
Una vez en el hospital, sobre las 9.30h, me visito la comadrona y las contracciones ya habían comenzado, pero eran algo flojas todavía, me comentó que me quedaría ingresada porque había roto aguas, pero que estaba muy atrasada. Aquí empezó mi pesadilla, empezó hacerme tactos y adelantarme el parto, a todo esto sin nada de medicación sin un mero calmante, porque cometí el error de decir que era alérgica algún medicamento y decidieron no darme nada.
Cada vez que me metía mano, las contracciones se aceleraban y cada vez dolían más y mas, tuve un parto de riñones y casi desde que ingresamos tenia las contracciones cada 5 minutos, a partir de las 12h ya solían venir cada 3 minutos y yo ya chillaba que me pusieran la epidural. Tuve suerte porque dentro de lo que cabe estaba en mi habitación y eso me permitió moverme y ducharme y chillar, tirarme al suelo, patalear… Llamé mil veces a la comadrona y le decía que hiciera algo que no aguantaba mas, que me pusieran ya la epidural o que me hicieran cesárea o que me durmieran, y que me dieran aquel calmante que me iban a dar, pero la comadrona con mucha paciencia me decía que no adelantaba y que tenia que ser paciente y esperar. A todo esto llegaron mis padres - cuando rompí aguas estaba en casa de mis abuelos a 100km de distancia y para no alarmarles mas de lo necesario los llamé para que fueran bajando a Barcelona pero que se quedaran en su casa que yo ya avisaría al día siguiente- se presentaron sobre la 1 de la madrugada y sin que pasaran a la habitación les dije que se fueran, que quería estar sola, que estaba muy mal.
Seguí aguantando cuando sobre las 4 de la mañana ya llevaba mucho rato sangrando y volví a llamar a la comadrona para avisarle cuando al rato me vinieron a buscar para llevarme al paritorio, no me lo podía creer, en medio de una contracción me levante de la cama y salí corriendo, de golpe se me pasaron los dolores, lo único que le decía a la enfermera era que si eso era verdad, que sino me engañaba, en mi alucinación llegamos al paritorio, yo corriendo, ellos detrás mío, me tumbaron en la camilla, me empezaron a conectar aparatos, y líquidos, y me hicieron un par de tactos mas. Me comentaron que enseguida vendría la anestesista, que estaba en una operación y que tardaría un poquito, yo chillaba, berreaba, gritaba que me pusieran lo que fuera, que me lo pincharan ellas o quien fuera, que me daba igual la operación pero que ya no podía mas.
A las 4,30 de la mañana llegó mi ídolo, y comenzó a pincharme la SAN EPIDURAL, por fin aquel momento había llegado al fin, en aquel momento ya venían cada minuto o así, y mientras me pinchaban me dieron 3 contracciones, y yo con mucha tranquilidad intenté aguantar y superar aquel dolor sin mover ni una pestaña, la epidural dicen que duele mucho, pero yo puedo asegurar que a mi no me dolió nada, que me podrían haber agujereado toda la espalda que para mi eso no era dolor. Dolor era lo que llevaba aguantando 10 horas atrás.
Después de ponerme la epidural pude sentir 3 contracciones más, pero casi el dolor era inexistente, hasta que por fin llegó el momento bendito y dejé de sentir dolor. A partir de este momento ya estaba preparada para empujar y ayudar a que mi niño viniera al mundo con todas mis fuerzas.
Pasaron varias horas, de las 4,30 hasta las 8h que vino el medico, mi marido estaba ya desesperado y muy cansado, yo estaba en la gloria y me hubiera quedado allí 3 días, pero sin dolor.
Me pusieron las perneras y entonces llego el momento de empujar. Agarrada con todas mis fuerzas tenia que empujar para bajar al Oliver pero mi niño estaba muy arriba, y yo me lo sentía en las costillas, hablaban entre ellos y no sabían si terminaría en cesárea, yo no quería pues ya había sufrido mucho, y deseaba que mi niño estuviera fuera tranquilo. Fue entonces cuando el medico dijo que lo iba a intentar, yo ya vi el cielo abierto, y fue entonces cuando saqué una fuerza inexistente y empuje, una y otra vez, sin aire, sin respiración, con unos ardores que subían por mi garganta, pues mi niño seguía encima de mi estomago, apreté, fuerte, fuerte, fuerte, fuerte, una y otra vez hasta que dentro de mi sentí como me lo arrancaban y de repente se hizo un silencio, y se escucho un lloro. Era mi niño, precioso, arrugadito. Me puse a llorar, no me lo podía creer -mi niño mi niño, ese es mi niño, que bonito, y esta bien- el milagro se había conseguido, todo lo que habíamos pasado y ya estábamos allí los tres juntitos, la mejor experiencia de mi vida.
Durante el parto perdí mucha sangre, tuvieron que sacarlo con ventosas, y a mí me cortaron y me desgarré, tengo muchos hematomas por dentro, llevo muchos puntos, estuvieron casi una hora cosiéndome, he estado 5 días ingresada, sin moverme de la cama, con mucha anemia y estoy tomándome antibióticos. Cuando al final del todo la cosa se complicó, no dejaron grabar a mi marido, fue entonces cuando me acojoné y saqué todas las fuerzas que tenia para empujar y ayudar a mi niño a venir al mundo. Ahora el dolor ha cesado, ya me levanto de la cama, no me puedo sentar, pero poco a poco me voy recuperando. Sea lo que sea, volvería a pasar mil veces por ello para obtener mi resultado. Es lo mas bonito que he podido hacer, el amor que siento es tan grande que no hay palabras para describirlo. Nunca olvidaré este dia.
Oliver Pasalodos Diaz vino al mundo a las 8.45h del domigo Santo 12 de abril de 2009